De la aflicción al propósito: solo confía, los planes de Dios son perfectos
Aug 16, 2025 | Estudio
Exodo1:8-14 Subió por entonces al trono de Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: ¡Daos cuenta de que los israelitas se están multiplicando y haciéndose más fuertes que nosotros!Actuemos sabiamente respecto a ellos, no sea que sigan multiplicándose y, en caso de guerra, se pongan del lado de nuestros enemigos, luchen contra nosotros y se marchen del país.Entonces les impusieron capataces que los sometían a trabajos muy duros. Y así fue cómo construyeron para el faraón las ciudades de almacenamiento de Pitón y Ramsés.Pero cuanto más los oprimían, más crecían y se extendían, hasta el punto que los egipcios empezaron a considerarlos un serio problema. Por eso, los egipcios sometieron a los israelitas a una cruel esclavitud.Les hicieron la vida insoportable con trabajos rudos: hacer barro, fabricar adobes, y toda clase de labores del campo. Todos estos trabajos se los impusieron con malos tratos.

Después de que Israel entró en Egipto, el pueblo se estableció, se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Mientras gobernó el Faraón que conoció a José, hubo paz. Pero se levantó un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía a José, y con él comenzó la opresión sobre el pueblo de Dios.
¿Qué motivó al Faraón a oprimir a Israel? La Escritura misma nos da la respuesta: temor Éxodo 1:9 Cuando el Señor nos bendice, nos multiplica y nos fortalece, eso incomoda al enemigo. La bendición sobre nuestras vidas provoca celos, molestias , inseguridad y temor en quienes no conocen a Dios ni comprenden Su propósito. Entonces, comienzan a levantarse contra nosotros, a tramar estrategias para detenernos, a ejercer presiones para debilitarnos.
Pero no es valentía lo que los impulsa… es miedo. Sí, miedo. Ese fue el verdadero motor del Faraón al ver al pueblo de Dios multiplicándose. Y el miedo, cuando no se enfrenta con verdad, genera fantasmas. Faraón comenzó a imaginar enemigos donde no los había, a proyectar amenazas futuras como si ya fueran reales. Creó una narrativa de peligro que no existía, y lo más peligroso: él se la creyó, y arrastró consigo a todo su pueblo.
Éxodo 1:10 Ahora, pues, seamos sabios para con ellos, para que no se multipliquen, y acontezca que, en caso de guerra, ellos también se unan a nuestros enemigos…
Así actúa el miedo sin discernimiento: fabrica enemigos imaginarios y justifica la opresión como si fuera defensa. Y ese patrón se repite hasta hoy. Cuando alguien no entiende lo que Dios está haciendo en tu vida, cuando no lo puede controlar ni explicar, lo teme. Y el temor mal canalizado termina en opresión.
En el hebreo, la palabra usada para “oprimir” es ‘anah’ (עָנָה – Strong H6031), que significa afligir, humillar, quebrantar, someter. Y eso es justamente lo que el adversario busca hacer en tu vida:
- Afligirnos el alma,
- Quebrantar nuestra dignidad,
- Doblegar nuestra voluntad,
- Y someternos a un sistema que no honra a Dios.
Esta opresión puede manifestarse de muchas formas:
- Menosprecio disfrazado de indiferencia,
- Generar tristeza profunda o desgaste emocional,
- Ataques contra nuestra reputación,
- Intentos de deshonra y humillación,
- Presiones para hacer lo que va contra nuestra convicción,
- Imposiciones que contradicen la voluntad de Dios.
A pesar de la dura opresión que enfrentó el pueblo, no todo estaba perdido. El Dios que permitió su crecimiento en medio del dolor no los abandonó. En el tiempo perfecto, Él se levantó como su libertador. Porque el mismo lugar de aflicción puede convertirse en escenario de liberación cuando Dios actúa.
Y es que en medio de la opresión, la persecución y el quebranto, el Dios de gloria nos sigue multiplicando.
Nuestra bendición no depende de las circunstancias ni de los hombres: viene de Él. El enemigo puede intentar afligirnos, pero el Eterno usa incluso la aflicción como instrumento para bendecirnos.
Deuteronomio 32:39 Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir y hago vivir; yo hiero y yo sano, y no hay quien pueda librar de mi mano.
Job 5:18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; él hiere, y sus manos curan.
Así es nuestro Dios: el que permite la aflicción, también bendice; el que permite la lucha, también da la victoria. Por eso, podemos confiar. Si estamos en sus manos, incluso en el horno de la opresión, Él nos forma, nos guarda… y nos multiplica.
Porque los planes del Señor son buenos. Aun antes de enfrentar la prueba, Él ya ha provisto una salida. Todo obra para bien ,Romanos 8:28.
Lo vemos claramente en la vida de José: aunque fue vendido por sus hermanos, Dios lo usó y lo exaltó con un propósito mayor ,salvaguardar a Su pueblo y multiplicarlo en una tierra extranjera. Porque los pensamientos del Eterno son más altos que los nuestros, como dice Isaías 55:8-9.
Muchas veces las circunstancias nos rodean como gigantes, y nos sentimos pocos, débiles, sin salida. Pero el Eterno, que no cambia, es el mismo ayer, hoy y siempre, Hebreos:13:8 , Salmo 102:27. Así como protegió a Jacob y a su descendencia en Egipto, también guardará a los suyos hoy. Él es fiel a Su pacto.
Solo pide que lo reconozcamos como nuestro Dios, Creador y Hacedor.
No sé qué lucha enfrentas hoy, pero recuerda la bondad de Dios.
Él no nos va a decir el plan completo desde el inicio, solo pide que confiemos en Su amor y perfección.
Él tiene cuidado de nosotros, su palabra dice: .
Isaías 26:4″Confiad en el Señor para siempre, porque en Dios el Señor, tenemos una Roca eterna.”
No estamos solos, tenemos una Roca: Yeshúa.
1 Corintios 10:4 Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
Si hoy estás enfrentando alguna de estas formas de opresión, recuerda esta verdad eterna: el Señor está contigo.
Así como lo hizo con Su pueblo en Egipto, el Señor levantará personas a tu lado: que te defiendan, que te rodeen, que peleen contigo en medio de la batalla.
No estás solo. El mismo Dios que escuchó el clamor de Israel en su esclavitud, es el mismo que hoy escucha tu voz.
Salmo 34:17 Claman los justos, y YHWH oye, y los libra de todas sus angustias.
Él no es indiferente a tu dolor. Escucha cada oración, cada suspiro, cada lágrima, y se levanta a tu favor. Él pelea por ti. No te dejará en manos del opresor.
Te fortalecerá, te protegerá y te guiará hasta que Su propósito en ti se cumpla.
Porque cuando el justo clama, el cielo se abre, y el Dios fiel responde.
Y hoy el Señor te dice en medio de la opresión:
Isaías 41:10: No temas, Yo estoy contigo. Sigue caminando, no te detengas. Yo soy tu fuerza, tu refugio y tu escudo. Mi plan contigo sigue en pie.
Dios tiene un propósito contigo y conmigo. Por eso, no te sorprendas si el enemigo se levanta justo cuando estás siendo bendecido. El ataque no es señal de derrota, sino evidencia de avance.
No pongas tus ojos en lo que el enemigo intenta hacer.
Enfócate en lo que Dios ya está haciendo en tu interior y en lo que pronto va a manifestar. Porque Él es fiel. Y si comenzó Su obra en ti, la perfeccionará Filipenses 1:6.
Avanza con confianza, tomado de la mano de Yeshua.
Él te guardará… y te multiplicará.Porque no solo quiere sacarte de Egipto, sino formarte en el desierto y llevarte a la tierra prometida.
Recuerda : No es solo liberación… es transformación y cumplimiento de Su promesa.
¡El propósito del Eterno contigo es mayor que la opresión que hoy enfrentas!